Por lo general, sentirnos ridículos es una sensación de la que huimos, incluso como veréis con esta práctica, estando solos. Es natural, somos seres sociales necesitamos encajar con los demás y que nos juzguen positivamente. Sin embargo, atreverse a cierto ridículo nos libera y nos hace más auténticos.
Si estáis en familia con niños podéis hacer esta práctica presentándola como la escena de una película en la que habría que reírse a carcajadas. Pasaréis un rato muy divertido y liberaréis mucha tensión acumulada en estos días difíciles. Si estás solo, atrévete a experimentarla y comprueba como te sienta. Atraviesa tu sensación de ridículo o locura y comienza poco a poco a reír, forzando tu carcajada, y te aseguro que terminarás riendo de verdad a carcajadas y sintiendo una enorme liberación emocional.
Si te animas a experimentarlo, me encantaría que lo compartieras.