Se trata de que sientas tus manos, pero sin enredarte en los pensamientos. Llegarán pensamientos, date cuenta de ellos y suéltalos para continuar sintiendo y observando la vida tan increíble que hay en tus manos.
Termina esta práctica agradeciendo interiormente todo lo que te permiten hacer. Incluso aunque tengas limitaciones, por lesiones o cualquier patología, agradece todo lo que te permiten hacer y lo que contribuyen a tu realización como persona. SONRÍE A TUS MANOS.