Quien agradece pone su corazón a la escucha de lo que verdaderamente importa, como las relaciones, la compañía, la acogida, la calidez, una mirada «presente de quién de te mira», ese tiempo dedicado a lo que te gusta hacer, el sabor de la comida, el frescor del aire cuando te asomas a la ventana, el sentimiento compartido…